La cumbre de Bali no ha dado los resultados que algunos esperaban. Y es que, el negacionismo ecológico y los oscuros intereses económicos de algunos de los más poderosos (y otros no tan poderosos) nos han impedido ser valientes a la hora de afrontar los retos del cambio climático.
Observo todavía, con vergüenza, como ese 1% que aún niega los efectos sobre el clima de la mano humana tiene una cuota de espacio mediático desmesurada. Es como si hiciéramos un debate, diésemos 5 minutos a los que 99 defendien que la Tierra es redonda y otros 5 a uno sólo que cree que es plana.
En segundo lugar, los intereses económicos. Eso nos obliga a apostar por un modelo más democrático, donde el dinero no decida estas cuestiones. Los intereses económicos están no sólo detrás de confusos estudios que minimizan el problema, sino también detrás de la deforestación de inmensas masas boscosas, del culto al vehículo privado y de un estilo de vida consumista. También están detrás de los gobiernos de países subdesarrollados que defienden su derecho a contaminar en nombre del progreso (¡aquí llegó el progreso y arrasó con todo!).
En tercer lugar, el nacionalismo y la estrechez mental de muchos políticos y ciudadanos que los apoyan. En el futuro, nuestros hijos se preguntarán por qué tardamos tanto en crear organismos globales para afrontar problemas globales. Al menos, la UE ha empezado a hablar como una sola y a plantar cara a los Estados Unidos. Pero digamos que estamos empezando a darnos cuenta del problema cuando ya deberíamos haber aplicado soluciones urgentes.
Y cuarto y el más importante, la pasiva reacción de la ciudadanía de los países ricos. Sí, aquellos ciudadanos que no sólo debiéramos preocuparnos de no pasar hambre. Ejemplo: si en España, país con un montón de horas de sol, todos utilizamos la secadora, qué pasará más al norte. ¿Es esto sostenible? Todavía hay quien cree que arrasar una parcela de bosque y construir una casa es ecológico. O que para cuidar del medio ambiente basta con no tirar papeles al suelo, o apagar la luz de la habitación. Y ya está. La mayoría considera cutre o propio de freaks los comportamientos encaminados a proteger el medio ambiente: quien puede, va en coche privado. Y si es un 4x4 con el que recoger a niños de 8 años en el cole de la esquina, mejor. La mayoría piensa que los efectos del cambio climático son calor en verano y menos frío en invierno. Pero no se paran a pensar que si el clima de andalucía es como el de África, puede que tengamos que acostumbrarnos a sufrir enfermedades africanas. Si las sociedades de los países ricos cambian de actitud, los políticos irán con ellos. Hasta ahora, el político que se atreve con medidas realmente útiles recibe la incomprensión de la muchos. El trasvase del Ebro es un buen ejemplo. Vayan a Murcia y díganles que no hagan más camps de golf. Suerte que de momento, lo salvaron. Eso sí, como no nos demos prisa, el delta acabará bajo el mar.
3 comentarios:
Comparto contigo la urgencia de la crisis climática, me gustaría saber tu opinión acerca del planteamiento de algunos luchadores contra el cambio climático que defienden la energía nuclear como solución, al menos temporal...
En mi blog he escrito unos pequeños comentarios al respecto.
Abrazos desde Canarias
No soy de los utilizan el eufemismo de los que que piden un debate acerca de la energía nuclear cuando en realidad están pensando en relanzarla.
Pienso, eso sí, que a corto y medio plazo puede ser una ayuda, nunca una solución, a las emisiones de CO2 a la atmósfera. En varias localidades españolas hay reactores parados y deberíamos preguntarles si desean que volvamos a generar energía allí. Pero con tecnología del SXXI, no de los 70. Por otra parte, confío más en el ahorro energético (apoyo al político que sea valiente) y en el desarrollo de energías limpias. A largo plazo, quizá la fusión nuclear nos ayude, de momento no (excepto que te creyeras lo de la fusión fría en 1989, jajaja). Saludos.
Jejeje, acabo de encontrar el comentario... no soy de los que creyeron en la fusión fría, se parecía mucho a eso del móvil perpetuo...
Sobre la energía nuclear, te aseguro que no es un eufemismo no tener una posición al respecto. Simplemente intento con el artículo del blog ligar ese poblema al de la población del planeta.
Por ahora quizá sea suficiente el gas natural (a corto plazo, es decir, unos cincuenta años). Pero como creo en Maltus (eso si, sin poder decirte cual es el tiempo necesario para que ocurran los desastres pronosticados por él), creo que es hora de comenzar con la "paternidad responsable".
Es decir, de alguna forma el debate poblacional a de entrar de lleno. Y mi intención era provocar mediante la energía nuclear... Si no queremos terminar utilizando energía nuclear, empezemos por tener políticas de control de natalidad (y se que este no es el principal problema de España como país, pero si como planeta).
Un afectuoso saludo
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