lunes, 21 de abril de 2008

¡A la cocina y con la pata quebrada!

¡Así querrían algunos tener a las mujeres! Todavía no entiendo como es que quedan muestras de sexismo tan rancio y trasnochado en España (bueno, sí lo entiendo). Por primera vez tenemos una ministra de defensa y, además, está embarazada. A mi no me sorprende en absoluto. Profesora universitaria, preparada, antigua ministra de vivienda, ex vicepresidenta del Congreso, Carme Chacón exhibe un currículum envidiable para hacerse con ese ministerio o con lo que haga falta. Sin embargo, he detectado en determinados medios comentarios más propios de la España de la posguerra que del SXXI. Lo que les jode a algunos es que sea catalana, mujer y preñada. Hay que ser fascista para valorar por ese rasero a un ministro. Supongo que a nadie molesta que los ministros hombres y sus mujeres tengan hijos y que, como padres amantes, dediquen parte de su tiempo a criarlos. Tampoco recuerdo que a ningún ministro de defensa se le criticase por no provenir de la carrera militar. De hecho, desde Narcís Serra, ninguno lo ha hecho. Bueno, pues a la nueva ministra sí. ¡Que hijos de puta! Y lo peor es que alguna mujer de mi entorno pica con ese argumento.

Otro caso curioso ha sido el de Soraya Sáenz de Santamaría, la nueva portavoz del PP en el Congreso. Un coco, con la cabeza perfectamente amueblada, con capacidad de gestión demostrada, leal a su partido, con una trayectoria impecable, con discurso propio y con habilidad para negociar. Bueno, pues algunos la han rajado hasta dentro de su propio partido. Que si le falta el colmillo,... hasta Cascos se refirió a ella como "novicia y catecúmena". Todavía me sorprendo de compartir el mismo país que ciertos personajes sacados de una novela sobre la Inquisición española.

lunes, 14 de abril de 2008

Mis valores republicanos


No pienso dejar de celebrar el 14 de abril, día de proclamación de la II República Española. La II República fue el más importante intento de modernizar España hasta aquel momento. De no haberse truncado por culpa del fascismo, estoy seguro de que hubiésemos llegado a ser una de las democracias más avanzadas de Europa 40 años antes. Pero por desgracia para nosotros, la historia no fue así. Nuestros abuelos y padres padecieron la guerra y luego la dictadura en sus propias carnes. Estaría bien que esos abuelos pudiesen ir a nuestras escuelas, institutos y universiades a explicar por qué en España ser homosexual era delito, por qué las mujeres debían ir con velo a la iglesia, por qué no se podía hablar de política o algunos aún tienen miedo de hacerlo o por qué millones de españoles emigraron con una maleta de cartón atada con una cuerda en trenes de madera a países muy próximos geográficamente pero mucho más prósperos y avanzados en aquel momento.
Soy republicano porque creo en la igualdad. La igualdad de todos y todas. Eso me lleva a creer que no puede ser que nuestro jefe de estado deba serlo por haber salido de los genitales de nadie, sino que debe ser elegido mediante un procedimiento democrático. Y no dudo de que lo haga bien. El problema es que no puedo escogerlo, ¿estamos?

Sin embargo, creo que mi republicanismo dista mucho del de algunos ignorantes elevados a los altares de un patético martirio y que sólo saben quemar fotos. Republicanismo hoy es sobretodo defensa activa de la democracia, de la laicidad, del respeto a la diferencia, creer en el entendimiento mediante el diálogo y en que podemos forjar un futuro en el que cada uno dé lo mejor de sí mismo independientemente de sus orígenes, su sexo, su orientación sexual o sus creencias. Ese es el punto de partida de mis ideas republicanas y creo que el futuro de nuestro país pasa por el afianzamiento de esos valores que, aunque no exclusivos del republicanismo, sí que se pueden sintetizar en él. ¡Viva la República!

martes, 8 de abril de 2008

By invitation: ¿qué hacer con el agua?

Hoy inauguro mis colaboraciones con un tema tan candente como la gestión del agua. En este caso, la autora cuestiona el actual modelo de gestión hídrica, abogando por un política que prime el ahorro. Espero que os guste.


Como técnica, lo del agua estos días en prensa y en boca de todos me preocupa. Supongo que con otros temas pasará lo mismo, pero con el agua me doy cuenta de lo escandaloso que llega a ser el politiqueo y la manipulación descarada del tema (no digamos ya en época de escasez, aunque su nombre técnico es conflicto de usos), y el poco espacio que se deja en los medios a las voces científicas cualificadas.

Me parece muy acertado diferenciar la aportación puntual que planteaba la Generalitat del transvase del Ebro. Es innombrable (aunque muy esperable) lo que están haciendo los medios con el tema. Vengo de dar una conferencia sobre el tema y no me he librado de responder a preguntas tendenciosas en las que se veía claramente la mano de la COPE, esos grandes ideólogos también especialistas en agua.

Sin embargo aunque por determinados intereses se plantee así, la desalación no es la panacea. Aunque la eficiencia del proceso ha aumentado muchísimo existen límites físicos que no se podrán sobrepasar y que hacen que su consumo energético la descarte como una alternativa abundante y estable. Una desaladora necesita una central térmica de ciclo combinado para ella solita. Técnicamente equivale a cambiar petróleo por agua, y no creo que con los y tiempos que corren eso sea una opción. El tema de los residuos salinos es quizá menos grave (aunque lo es mucho en un mar como el Mediterraneo). Recomiendo este artículo, de un investigador de la UAB, especializado en desalación. También lo analiza desde un punto de vista político.

Desgraciadamente en este país, a pesar de contar con el mayor número (del mundo!) de embalses per cápita o por Km, con el tema del agua todavía estamos con la visión decimonónica de gestión de la oferta. O sea, el deber de las administraciones es proporcionar agua siempre y para lo que se pida, haya la que haya en la cuenca eso no es un factor limitante, faltaría más, el progreso lo exige. Nos da igual que la Directiva Marco del Agua vaya en otra dirección completamente distinta. Como en todo, en este país las directivas de medio ambiente se trasponen tarde y mal. Ya es hora de tener otra idea de progreso, de empezar a gestionar la demanda de agua (en vez de ofrecer más) y de entender que ni todos los usos del agua son igual de necesarios ni en todos ellos estamos aplicando todas las medidas de ahorro disponibles. Antes de buscar otros recursos hay que reducir el consumo y reutilizar al máximo. Y a partir de ahí plantarse otras alternativas, y siempre valorando antes para qué usos van a servir. Y en Catalunya (como en el resto de España) no lo hemos hecho de forma suficiente; con el tema de la sequía en la Agència Catalana de l'Aigua y en el Departament de Medi Ambient se están impulsando nuevas medidas de ahorro. Mejor tarde que nunca, pero las medidas de ahorro no solucionan nada en tiempos de sequía, ahora lo único que puede hacerse es tomar medidas de emergencia.

La mejor nueva fuente de agua (más barata y más sostenible) es la que queda disponible porque se ahorra, y de ella se puede echar mano en épocas como ésta. Y aquí de ahorro lo justito.


Mercedes Vidal Lago es licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Está vinculada a un grupo de investigación de la facultad de Geografía donde investiga los nuevos usos del agua vinculados a la urbanización dispersa. Actualmente trabaja en la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, consorcio integrado por diferentes administraciones cuya finalidad es la formulación de instrumentos para replantear las ciudades y su entorno en relación a la sostenibilidad. Ha participado, entre otros, en programas de conservación de los recursos hídricos, proyectos sobre emisiones del transporte, aprovechamiento de energía solar o en la elaboración de indicadores de sostenibilidad para ciudades. Está especializada en el aspecto social de la sostenibilidad.

jueves, 3 de abril de 2008

¿De donde va a beber Barcelona?



Menuda semana llevamos por aquí. Hay que reconocer que el patio anda revolucionado. Y no es para menos. Si no llueve, este otoño no habrá agua suficiente en Barcelona ni para beber.

La desaladora de El Prat entrará en funcionamiento el año que viene, es decir, tarde para solucionar lo que se nos viene encima. Para ver lo que pienso de las desaladoras, visiten el blog de mi amigo Sergio. La conclusión es clara. Desalar agua hoy en día es mucho más sostenible que hacer trasvases faraónicos. Y eso sin olvidar que lo más importante es la adopción de una nueva cultura del agua.

Ahora bien, ¿qué hacer de cara a este otoño? Creo que el Govern de la Generalitat se ha precicitado al plantear el problema. Aparte del tabú que supone mencionar el trasvase, ha ido demasiado rápido pidiendo soluciones a un problema complejo, sin buscar antes complicidades, tanto en la oposición como en el gobierno Zapatero. Eso sí, 2 cosas diferencian, para empezar, la famosa propuesta de traer agua del Segre a Barcelona:

1. El gobierno catalán no cae en el victimismo fácil de pedir agua a sus ciudadanos a base de privar a los vecinos de ella. En efecto, el Segre pasa por Catalunya, sin afectar otras comunidades.
2. El trasvase se plantea en un contexto de medidas para restringir el consumo (multas incluídas) y con planes a largo plazo como la desaladora.

Así que ojito con acusar ahora de insolidarios a los catalanes. A lo que iba, ¿qué hacer de aquí al otoño? Mi opción es buscar la solución que menos afecte el paisaje y que compense a los potenciales damnificados. En este caso, los regantes y los habitantes de las Terres de l'Ebre y ribera del Segre. Siguiendo ese criterio sería mejor fletar transportes como el barco o el tren, o minimizar la envergadura de las obras, así como pagar a los regantes y habitantes de la ribera del Ebro o del Segre por el agua que pierden, con el compromiso de que la desaladora suplirá las deficiencias de agua a partir del año que viene. Y mucha mano izquierda, ¡Conseller Baltasar!

miércoles, 2 de abril de 2008

¡Pero que poca vergüenza Joseba!


El PNV ha decidido no sumarse a la moción de censura para desbancar a la alcaldesa de Mondragón. Dicha alcaldesa, de ANV, decidió no condenar el atentado que 4 días antes de las elecciones acabó con la vida de un ex concejal, socialista para más señas. Es más, durante los funerales, la pájara esta se fue del pueblo, pues no quería aparecer en el entierro de su paisano Isaías Carrasco, que tuvo la desgracia de no llevar escolta y caer bajo el fuego ciego de una pistola.
La oposición ha planeado un voto de censura, cosa que me parece de absoluta dignidad democrática. Pero creo que un determinado sector del PNV se ha vuelto a equivocar de adversario. Este Joseba Egibar, aprende de la hija del concejal asesinado, Sandra. ¡Ella sí que tiene cojones!