Así como suena. Tras el bochorno que están pasando los grandes adalides del neoliberalismo bancario y especulativo, resulta que los partidos de la izquierda tradicional están saliendo escaldadísimos de sus contiendas electorales. Alemania ha sido el más reciente ejemplo: su peor resultado en 60 años.
Y no es ninguna broma. De los 27 países de la Unión Europea la derecha gobierna en la inmensa mayoría (creo que 21). Las grandes excepciones son: Gordon Brown en Gran Bretaña, que espera un enorme descalabro frente a los conservadores. Sócrates en Portugal, que acaba de ganar después de la desastrosa campaña de su rival de derechas. Y, por supuesto, ZP en España.
Ante este panorama, ¿Qué están haciendo mal estos partidos? Cuestiones tan graves como esta nunca admiten una respuesta fácil. Sin embargo, creo que la izquierda europea lleva décadas haciéndolo mal. Cuando digo mal, no digo rematadamente mal. Pero sí creo que para que te voten, es necesario ser creíble. La derecha no promete el oro y el moro. Pero la izquierda nació para cambiar el mundo, no para dejarlo como estaba ¿No es así?
La izquierda se asienta sobre un pilar fundamental. El Estado (y la sociedad, no el individuo). Si la conciencia social es cada vez más individualista, pues ese papel se debilita y la propuesta de la izquierda pierde credibilidad. La sociedad no cree que el Estado les vaya a sacar las castañas del fuego luego, ¿Para que votar a estos?
Alguien podría decir que la crisis actual y siendo culpable la codicia y el afán especulador, la socialdemocracia tiene una oportunidad. Personalmente, no estoy seguro de que ese análisis tan sesudo sea propio de la inmensa mayoría de la sociedad. Vamos, que no hay tanto intelectual suelto.
Otro aspecto que me entristece profundamente, es que la izquierda se ha ganado muchas cosas a pulso. Hemos demostrado tener la misma capacidad para defraudar a la gente que la derecha de la que, supuestamente, somos la alternativa. Por ejemplo: ¿ Qué gobierno suprimió el Impuesto sobre el Patrimonio en España? El del PSOE. A mí y a muchos otros no nos vale ni intentar justificar eso ni decir eso de “sí pero también hemos hecho cosas buenas”. Joder, es que no lo entiendo. ¿Es que alguien vota a un partido de izquierda para que suprima ese impuesto y que además, facilite los trámites del divorcio? Pues no. Vota por lo segundo y se cabrea, con razón, por lo primero.
Otro ejemplo de España: ¿Qué partido introdujo los contratos basura en 1994? El PSOE otra vez. Si era necesario flexibilizar el mercado laboral para crear empleo, ¿Hacía falta a cambio poner en una situación tan vulnerable a jóvenes y otros colectivos? Una cosa es tomar decisiones valientes (subir algo los impuestos para pagar prestaciones sociales, tirar adelante una reconversión industrial) y otra hacer lo contrario para lo que se coloca en el poder.
Tercer y último ejemplo: ¿Cómo es posible que Tony Blair sea miembro del Partido Laborista y que durante un tiempo fuese la gran esperanza de la izquierda europea? ¡Pero si aparece en la foto de las Azores ¡ No, no y no!
Si no soy creíble, ni predecible, no soy sustancialmente mejor que el otro y tengo fama de ser peor gestor, ¿ Perderé el apoyo popular? La respuesta es sí. El electorado hará probablemente varias cosas:
Ante este panorama, ¿Qué están haciendo mal estos partidos? Cuestiones tan graves como esta nunca admiten una respuesta fácil. Sin embargo, creo que la izquierda europea lleva décadas haciéndolo mal. Cuando digo mal, no digo rematadamente mal. Pero sí creo que para que te voten, es necesario ser creíble. La derecha no promete el oro y el moro. Pero la izquierda nació para cambiar el mundo, no para dejarlo como estaba ¿No es así?
La izquierda se asienta sobre un pilar fundamental. El Estado (y la sociedad, no el individuo). Si la conciencia social es cada vez más individualista, pues ese papel se debilita y la propuesta de la izquierda pierde credibilidad. La sociedad no cree que el Estado les vaya a sacar las castañas del fuego luego, ¿Para que votar a estos?
Alguien podría decir que la crisis actual y siendo culpable la codicia y el afán especulador, la socialdemocracia tiene una oportunidad. Personalmente, no estoy seguro de que ese análisis tan sesudo sea propio de la inmensa mayoría de la sociedad. Vamos, que no hay tanto intelectual suelto.
Otro aspecto que me entristece profundamente, es que la izquierda se ha ganado muchas cosas a pulso. Hemos demostrado tener la misma capacidad para defraudar a la gente que la derecha de la que, supuestamente, somos la alternativa. Por ejemplo: ¿ Qué gobierno suprimió el Impuesto sobre el Patrimonio en España? El del PSOE. A mí y a muchos otros no nos vale ni intentar justificar eso ni decir eso de “sí pero también hemos hecho cosas buenas”. Joder, es que no lo entiendo. ¿Es que alguien vota a un partido de izquierda para que suprima ese impuesto y que además, facilite los trámites del divorcio? Pues no. Vota por lo segundo y se cabrea, con razón, por lo primero.
Otro ejemplo de España: ¿Qué partido introdujo los contratos basura en 1994? El PSOE otra vez. Si era necesario flexibilizar el mercado laboral para crear empleo, ¿Hacía falta a cambio poner en una situación tan vulnerable a jóvenes y otros colectivos? Una cosa es tomar decisiones valientes (subir algo los impuestos para pagar prestaciones sociales, tirar adelante una reconversión industrial) y otra hacer lo contrario para lo que se coloca en el poder.
Tercer y último ejemplo: ¿Cómo es posible que Tony Blair sea miembro del Partido Laborista y que durante un tiempo fuese la gran esperanza de la izquierda europea? ¡Pero si aparece en la foto de las Azores ¡ No, no y no!
Si no soy creíble, ni predecible, no soy sustancialmente mejor que el otro y tengo fama de ser peor gestor, ¿ Perderé el apoyo popular? La respuesta es sí. El electorado hará probablemente varias cosas:
1. Dejar de apoyar a la izquierda tradicional, apoyando a la alternativa de la derecha.
2. Dejar de apoyar a los grandes partidos. Es decir, a la socialdemocracia le están creciendo los enanos por la derecha populista, pero también por la izquierda. Sólo que estos últimos son todavía demasiado enanos y no gobiernan en casi ninguna parte.
3. Abstenerse, lo que nos lleva al problema de la desafección.
La derecha vivió su particular travesía del desierto hasta los años 70. Y si resurgió fue precisamente porque apeló a su ideario tradicional aderezado con un toque de “y no tengáis miedo, que vamos a quitaros lo que ya habéis conseguido”. La izquierda, por el contrario, se ha quedado atascada y perpleja, pues su mensaje tradicional no es escuchado con la misma atención y para colmo, es contradictorio (véanse las contradicciones arriba). Ejemplo de lo primero: el PSOE trajo las pensiones... hace casi 20 años de eso ya, hombre.
Creo que el futuro de la izquierda pasa por algo así como: vamos a defender los valores tradicionales de igualdad y solidaridad, pero también vamos a apostar por la responsabilidad individual y a premiar el esfuerzo de aquellos que ganan dinero, sí, pero que también nos proveen de los bienes y servicios que necesitamos. Diseñar un proyecto COHERENTE con tus principios, aunque no sea revolucionario (esto último, ni falta que hace, dejémoslo a los comunistas y que saquen el 5% de los votos). La tercera vía fue un buen intento, pero sus propios partidarios han resultado ser claramente de derechas, amigos de Bush o mentirosos, así que se la cargaron bien rápido. ¡Otro ejemplo claro!
La derecha vivió su particular travesía del desierto hasta los años 70. Y si resurgió fue precisamente porque apeló a su ideario tradicional aderezado con un toque de “y no tengáis miedo, que vamos a quitaros lo que ya habéis conseguido”. La izquierda, por el contrario, se ha quedado atascada y perpleja, pues su mensaje tradicional no es escuchado con la misma atención y para colmo, es contradictorio (véanse las contradicciones arriba). Ejemplo de lo primero: el PSOE trajo las pensiones... hace casi 20 años de eso ya, hombre.
Creo que el futuro de la izquierda pasa por algo así como: vamos a defender los valores tradicionales de igualdad y solidaridad, pero también vamos a apostar por la responsabilidad individual y a premiar el esfuerzo de aquellos que ganan dinero, sí, pero que también nos proveen de los bienes y servicios que necesitamos. Diseñar un proyecto COHERENTE con tus principios, aunque no sea revolucionario (esto último, ni falta que hace, dejémoslo a los comunistas y que saquen el 5% de los votos). La tercera vía fue un buen intento, pero sus propios partidarios han resultado ser claramente de derechas, amigos de Bush o mentirosos, así que se la cargaron bien rápido. ¡Otro ejemplo claro!